LA SUPERVISIÓN TERAPÉUTICA GESTÁLTICA – El oficio de terapeuta
¿Qué es un grupo de supervisión?
La Supervisión es la terapia del/la terapeuta, una pieza clave para su toma de responsabilidad, en el ir sintiéndose acompañad@ en el camino de hacerse, de construirse paso a paso a través de la propia experiencia en este oficio.
Las sesiones de Supervisión gestáltica van dirigidas tanto a l@s profesionales que precisan apoyo en el ámbito terapéutico como a l@s alumn@s que desean iniciar su quehacer profesional.
La Supervisión puede ser individual, aunque la Supervisión grupal es un espacio eficaz para la ampliación del potencial terapéutico del/la Gestaltista en su ámbito profesional.
L@s terapeutas tenemos una responsabilidad social, y este espacio es un lugar de ancla, revisión, crecimiento y cuidado hacia nuestro oficio.
¿Qué se trabaja en Supervisión?
Miedos que pueden surgir al iniciar
Se trabaja desde los miedos que pueden surgir al/la terapeuta novel al comenzar su andadura: ¿no me siento preparado? ¿me faltan más formaciones?, ¿cómo me anuncio, qué digo de mí?, ¿qué lugar ocupo, cómo me doy a conocer?
Lo más habitual es que l@s terapeutas aporten sus casos para supervisar sobre ellos y sobre sí mism@s.
Transferencia y contratransferencia
Es observar y darse cuenta de lo que le pasa al/la terapeuta en relación a sus clientes, así como de sus propios asuntos transferenciales y de cómo ha ido evolucionando el vínculo a través de la relación terapéutica.
Cómo ha sido el desarrollo de la terapia
¿Qué temas han ido surgiendo a lo largo del proceso terapéutico, y cómo se han trabajado? ¿En qué aspectos podría ahondarse más, cuáles son los puntos de mayor vulnerabilidad y que deberían tratarse de una manera más profunda? ¿Cuáles han sido las herramientas que más han movilizado la energía, que han permitido trabajar más profundamente (técnicas de movimiento corporal, ejercicios en los que se ha dejado fluir la rabia del/la paciente, etc.)?
Yo como terapeuta
Ser terapeuta es ser persona
Es utópico hablar de un@ terapeuta ideal. El/la terapeuta es un ser humano de carne y hueso, que inevitablemente se muestra con su personalidad, con sus limitaciones y sus creencias. De ahí la gran importancia del proceso personal. El espacio de Supervisión es un buen lugar para darnos cuenta del lugar que ocupamos como terapeutas, nuestra actitud, nuestra motivación, nuestros puntos ciegos…
Los principales aspectos a tener en cuenta son:
Relación
Es el nexo de unión entre paciente y terapeuta a lo largo del proceso terapéutico, a través del encuentro humano. Empatía, escucha, reflexión, aceptación, creación de un espacio en el que el/la paciente se sienta absolutamente libre para expresarse, con respeto y atención. En Supervisión se trabaja qué le ocurre al/la terapeuta en este espacio.
Presencia
La Presencia es un estado de implicación total, de escucha, de atención plena, de encuentro humano. Es algo que va más allá del “rol”, de lo que se espera que haga un@ terapeuta, de la idea del/la “terapeuta ideal”: es un “estar” verdadero, una autenticidad en la implicación en el proceso de sanación, desde la propia verdad y esencia personal del/la terapeuta.
¿Qué nos ocurre cuando no estamos? En Supervisión trabajamos estas desconexiones, esas ocasiones en que te quedas en el rol de terapeuta y actúas como se supone que debes actuar en ese papel.
Contacto
Está muy ligado a la Presencia, ya que cuando el/la terapeuta está realmente presente puede establecer un contacto verdadero con el/la paciente. Más allá de expectativas, de creencias acerca de cómo ha de ser o cuánto ha de durar un proceso terapéutico, de si se trata de un caso “fácil” o “difícil”. El contacto es un flujo de energía entre paciente y terapeuta, una conexión focalizada en la sanación, más allá del miedo, la impaciencia o la frustración.
El uso del sí
Es un equilibrio entre la neutralidad propia del/la terapeuta y el uso que puede hacer de su propia experiencia para enriquecer la terapia. Autoconocimiento, y manejo de las propias limitaciones.
Carácter y estilo del/la terapeuta
Un@ terapeuta es, ante todo, una persona, y como tal tiene su propio carácter, su propia manera de hacer las cosas. La Supervisión no trata de homogeneizar a l@s terapeutas, de modo que la terapia se convierta en una doctrina igual para tod@s; lo que pretende es dotar de herramientas para que cada terapeuta, desde su esencia y su manera de vivir la Gestalt, pueda transmitir las bases terapéuticas de la mejor manera posible a cada cliente, dependiendo de sus necesidades.
Núria Remus
Terapeuta Gestalt
Miembro titular y supervisor de la AETG