Las dudas más comunes sobre la terapia
En terapia individual el enfoque en el que nos centramos es la Terapia Gestalt dentro de una perspectiva humanista, en función de la demanda y el proceso de cada persona. También estamos formados en técnicas de otros enfoques como: la Terapia Sistémica y las Constelaciones Familiares, el Eneagrama, trabajos corporales y Somatic Experiencing® (un enfoque psicobiológico para la resolución del trauma y sus consecuencias).
La Gestalt es un potente enfoque terapéutico. Considera a la persona en su totalidad: corporal, emocional, mental y espiritual, trabajando para su sanación e integración de las partes. El objetivo es liberarla de los bloqueos y asuntos no resueltos que hacen disminuir su energía y satisfacción ante la vida, la autorrealización y el crecimiento. La persona aprende a hacerse más consciente de lo que siente y hace, y de esta forma a autorresponsabilizarse de sí misma y de su vida.
En la terapia, por lo tanto, sale lo pendiente, lo no expresado, lo no integrado, lo olvidado inconscientemente, los miedos y los deseos… Mirar todo esto, cara a cara y desde nuevas perspectivas, desde un lugar sin juicio y lleno de respeto, hace que la persona vaya desarrollando cada vez más la habilidad para aceptarse, conocerse y sentirse más satisfecha consigo misma, y pueda tomar decisiones más constructivas para su vida.
Permite que se inicie un proceso de transformación y sanación. Descubriendo y desarrollando nuevas capacidades que nos permiten afrontar la vida desde otra perspectiva, lo que conlleva un cambio substancial acerca de cómo vivimos nuestro día a día.
El cambio del que hablamos no significa llegar a ser otra persona de una naturaleza distinta, sino precisamente descubrir las herramientas que hay en cada uno de nosotr@s, los recursos propios, profundizar en lo que somos y que aún no hemos hecho consciente.
Para nosotros, esta técnica supone la integración de las terapias humanistas (como son la Gestalt y las terapias transpersonales, actualmente en auge), ya que en el mundo en el que vivimos, donde el ego gobierna los movimientos externos, es cada vez más necesario darle voz a nuestra Alma.
En Gestalt buscamos que la persona se centre en el momento presente de un modo activo, dándose cuenta de sus patrones repetitivos (aprendidos en muchas ocasiones en la infancia), y en el trabajo de conocimiento propio y aceptación de sus partes de sombra. Son fundamentales el no juicio por parte del terapeuta y el paso a paso, respetando el tiempo que necesita la persona para la integración de lo que siente, piensa o percibe en cada momento. Como procedimiento terapéutico busca, ante todo, que los aspectos emocionales, mentales y corporales o movimientos álmicos cualesquiera sean aceptados y vividos en su propia condición, sin ser evitados y a la vez sin permitir que tomen el control.
El trabajo terapéutico tiene subidas y bajadas, y a la vez grandes recompensas de libertad, recuperación energética y recuperación de un@ mism@. A través de un trabajo continuado empezamos a darnos cuenta y vamos tomando consciencia de cuán dormidos pasamos nuestra vida y de la espiral en que estamos sumidos.
Son muchas las razones que nos pueden llevar a empezar un proceso terapéutico.
Momentos de crisis, aparición de preguntas vitales cuyas respuestas buscamos conocer para seguir adelante y encontrar nuestra paz, sensación de vacío ante una existencia a la que no se le encuentra un sentido, una ruptura de pareja, ansiedad, muerte de un ser querido…
La intención de dar un paso adelante hacia el autoconocimiento y la sanación es la clave para decidir ir a terapia. No sirve de nada que otros nos aconsejen ir si aún no estamos seguros: cada persona sabe cuándo ha llegado su momento, ya que la llamada al despertar siempre se produce cuando nuestra Alma se halla preparada para ello. Se trata de una decisión personal, absolutamente íntima, en la que te haces responsable de tu vida y de los cambios que quieres introducir en ella para conseguir el equilibrio interno que todos ansiamos.
Relaciones difíciles, crisis existenciales, conflictos con tus seres queridos, sensación de tristeza… todo aquello que nos hace sufrir y desestabiliza nuestra paz puede constituir una inestimable oportunidad para iniciar un proceso terapéutico, en el que se irán desvelando nuestra verdadera naturaleza, aquello que esperamos realmente de la vida y el rumbo que hemos de dar a nuestra existencia.
La terapia constituye un espacio seguro y confidencial en el que aprender a escucharte, a poner sobre la mesa tus deseos y aspiraciones más íntimas y ponerte en marcha para el cambio que has decidido iniciar.
La duración de la terapia dependerá del tema que se quiera tratar en cada caso. Cada persona es única y su camino terapéutico también; factores como la propia implicación personal, las habilidades de comprensión, la problemática en sí y también el nivel de profundidad a donde se quiera llegar son clave.
Algunas personas en pocas sesiones resuelven el tema a consultar, mientras que otras quieren trabajarse más a otros niveles. No hay una duración determinada; es la propia persona quien indica el arco temporal. Algunos necesitan un tiempo de integración y maduración sobre el trabajo, y vuelven al cabo de los años para seguir con su camino.
Es importante la actitud de compromiso ante la terapia y el propio cambio.
Es recomendable hacer el cierre una vez se decide finalizar el proceso y despedirse del terapeuta. Es un acto de valoración ante el trabajo realizado y una forma de integrar los cambios desde el inicio hasta ese momento.
Te ofrecemos una primera entrevista personal gratuita, ya que somos conscientes que es desde el contacto personal desde donde podrás saber si Espaipertu y el equipo que le da vida es el espacio que buscas para empezar o seguir con tu proceso vital. Por ello, te ofrecemos una primera entrevista de 30 o 40 minutos, sin compromiso, para podernos conocer y orientarte en tu búsqueda y en tu camino de vida.
Construir una buena base en la relación terapéutica es clave; por ello esta entrevista marca el inicio de una relación que te ayudará a ir hacia ti, y es fundamental que te sientas a gusto y en confianza. No hay terapias, sino terapeutas. Es importante en tu proceso la relación que se establezca entre tú y el terapeuta, ya que con mucha probabilidad surgirán los mismos patrones relacionales que te surgen en la vida; será trabajo del terapeuta hacerlos conscientes para que puedas verlos.
La terapia Gestalt está basada en una relación igualitaria, es un viaje de acompañamiento y descubrimiento.
En el primer encuentro el consultante expone y explica el motivo de consulta y el terapeuta le cuenta la forma de trabajo, estableciendo juntos un encuadre terapéutico.
La Terapia Gestalt Online es una buena opción para personas que sienten o tienen dificultad en acudir presencialmente. Puede realizarse mediante llamada telefónica (llamadas dentro de España) o bien a través de Skype, Zoom o Facetime. El hecho de no estar frente a frente con el terapeuta no hace de esta modalidad un proceso menos serio, profesional o terapéutico.
Si estás sufriendo un problema que te sobrepasa (tristeza, miedo, pérdidas, soledad, rabia, fobias, temores…) y te impide conectar con tu paz interna y vivir de la forma que deseas, la terapia online te puede acompañar en este proceso.
Si bien a algunas personas les puede resultar más cercana la terapia presencial, a otras les resultará más fácil expresarse o hablar sobre sus preocupaciones a través de la terapia online, como vemos que ocurre a menudo cuando chateamos o hablamos por teléfono.
Aquí puedes dar el primer paso y contar con el apoyo de un profesional que te acompañe en el camino de recuperar la vida que quieres. Recibirás atención desde una orientación terapéutica adaptada a las necesidades de cada persona.
Tienes que saber que el espacio que te ofrecemos en terapia es completamente confidencial, que nada de lo que podamos decir en nuestras sesiones va a salir de allí. El encuentro terapéutico es un espacio íntimo y seguro en el cual se van a tocar temas delicados y probablemente difíciles; que ambos, paciente y terapeuta, podamos confiar es un requisito indispensable para realizar un buen proceso, y nosotros estamos para facilitarte esa apertura.
Es evidente que, durante el proceso de terapia, se establece un vínculo importante en la relación terapeuta-cliente. El cliente abre su interior a medida que va entrando en confianza con el terapeuta.
En las primeras sesiones construiremos la relación y fomentaremos la confianza. Queremos dejar claro que ésta es nuestra forma particular de trabajar; cada terapeuta tiene su propio estilo y pauta de trabajo.
El cliente trae a la relación terapéutica todos los asuntos importantes de su vida y que por un motivo u otro están en conflicto. Parte de la sanación de esos temas es dada por la relación saludable que se va gestionando en el marco de la terapia. Así se puede adquirir una nueva forma de relacionarse dentro de un vínculo, sabiendo que puedo decir lo que me ocurre, cómo me siento ante ti, lo que me gusta y lo que no. En terapia aprendemos a relacionarnos de forma más profunda y a abrirnos ante alguien que está en presencia y en escucha.
La sociedad en que vivimos fomenta cada vez más las relaciones superficiales y la falta de compromiso. Esto también llega a la terapia: faltar a una sesión sin avisar, o bien desaparecer sin despedirse después de unos meses de terapia. Como terapeutas, cuando nos sucede esto, no podemos dejar de sentir que falta un cierre del proceso, ya que creemos que lo trabajado pierde fuerza y valor sin una despedida. A veces no es fácil, ya que entran en juego muchos factores, pero consideramos muy sano para todas las partes implicadas poder afrontar esta situación.
Nosotros no fuimos a buscarte a tu casa, viniste libremente, y tienes derecho a dejar el proceso cuando desees. A la vez, recomendamos cerrar la terapia en forma presencial, no por WhatsApp ni vía telefónica. Hacerlo supone un acto de respeto ante tu proceso, lo trabajado en terapia y lo invertido (tiempo, energía de cambio, dinero). Es además un cierre del vínculo creado con el terapeuta, que en mayor o menor profundidad ha entrado en las partes más íntimas de tu Ser. Es una forma de recoger lo que ha funcionado, lo que no, lo que te llevas, y de decidir cómo seguir.
Estás en un proceso de cambio interno, ya que tus patrones no te funcionaban del todo bien y por ello decidiste iniciar un proceso de terapia. Hemos mantenido una relación de comunicación intima, en la que se promueve la honestidad y el ser directos, valores que espero que hayas podido ir integrando en tu vida y tus relaciones.
Comunicar el cierre terapéutico es un trabajo de responsabilidad y de respeto con lo que se ha trabajado. Imagina que te vas sin despedirte: ¿cómo usarás lo aprendido en terapia? Siempre habrá una sensación de que faltó algo. El cierre es sano a todos los niveles.
En la última sesión revisaremos el trabajo realizado hasta ese momento: cómo integrar lo visto, de qué te has dado cuenta, cómo seguir en esta dirección de salud propia. Nosotros te daremos un feedback sobre el proceso.
La terapia es un proceso de transformación, de abrir nuestro corazón y de aprender a relacionarnos de una forma más humana. La despedida es un buen momento para demostrar el corazón humano. Hemos trabajado de frente ante tu vida, y un buen cierre es un acto de salud, más que necesario.
Si tienes una cita reservada, esta hora la tenemos guardada para ti. Así que, si por el motivo que sea no vas a venir, comunícame tu ausencia con 24h de antelación. De esta manera, nosotros podemos disponer de esta hora. Si no es así, tu responsabilidad es pagar el tiempo reservado. Esto supone asumir tu compromiso ante el proceso y el tiempo que tienes reservado, ya que nosotros y la sala estamos dispuestos para ti y tu desarrollo personal.
Primera visita gratuita
Te ofrecemos una primera entrevista gratuita para conocernos, hablar sobre cuál es tu situación y decidir conjuntamente cuál es el mejor proceso para ti