La Gestalt al lado de las parejas en crisis: “Como nutrir el Tú, el Yo y el Nosotros”

¡Todos teníamos planes, trabajo, rutina, ideas para Semana Santa, nos preguntábamos qué haríamos el lunes o el viernes, los amigos, el trabajo, ese encuentro familiar, una boda… y, de golpe, la vida nos obliga a parar en seco!
Todo está cambiando a nivel individual, social, familiar. Las relaciones de pareja se están viendo afectadas ante la obligada y necesaria medida del confinamiento, a raíz de la pandemia del COVID-19. Es algo para lo que nadie estaba preparado.
Para poder sostener las 24 horas del día sin adornos, sin trabajo ni relaciones sociales, la pareja (y los hijos, si los hay) necesita hacer algunos reajustes en la relación.
Las parejas están conviviendo todo el día durante esta cuarentena por el coronavirus, algo a lo que, en la sociedad en la que vivimos, no estamos acostumbrados. Esta situación puede ser difícil a nivel emocional.

Las discusiones, las faltas de respeto, y desencuentros varios pueden aparecer con frecuencia durante estos días. Hay que tener en cuenta que el miedo, la incertidumbre, la falta de contacto con los seres queridos, y la situación general viven y conviven en la relación de pareja en este momento. Simular que no ocurre nada, evitar la comunicación o la pelea y pretender seguir en un estadio conocido de normalidad está fuera de la realidad y del alcance del ser humano ante una situación tan excepcional como esta.

¿Qué podemos hacer el uno con el otro durante el Covid-19?
Hay distintas realidades de pareja, parejas en las que el tiempo de relación ya había hecho mella entre ellos y ya estaban en crisis antes de esta situación; parejas que son como un volcán en erupción y se pelean continuamente, otras en las que la aparición de terceros había generado distanciamiento emocional y corporal.

Quizás habían surgido diferencias personales ante el momento de vida y los intereses, o bien tenían expectativas cambiantes y sin revisar. Por otro lado, hay parejas donde el vínculo funciona  y  la realidad hace actualizar la relación, así como la forma de convivir en el aquí y ahora, encontrando juntos un equilibrio sano para ayudar a esta convivencia continua.

Es un buen momento para que la pareja pueda crecer ante la crisis que se puede presentar ante sí. Son momentos para la aceptación de lo que hay en la pareja: lejanía, conflictos pendientes, resentimiento, falta de respeto, problemas de comunicación, ausencia de contacto, de intimidad, de sexualidad, falta de tiempo, demasiados deberías, y quehaceres diarios escondidos detrás del trabajo, y de las obligaciones cotidianas.

Si en el vínculo creado se ha cultivado respeto y amor, y se sigue regando y cuidando durante este tiempo de confinamiento, la pareja puede salir muy fortalecida de esta situación. En este caso, la crisis puede ser un aliado para emerger de ella reforzados y más nutridos como vínculo y como familia.

Cuidar el equilibrio entre dar y recibir

Cuidar al otro es también una buena forma de cuidarse a uno mismo y a la unión creada entre los dos, aquí hay que diferenciar lo que es cuidar de lo que es dependencia.

En algunas ocasiones, uno de los miembros se entrega excesivamente al otro y descuida las necesidades propias como ser individual. El otro miembro, probablemente, generará una exigencia desmedida, focalizando únicamente su necesidad y desatendiendo así las necesidades de su cónyuge. Puede ser, asimismo, que espere que sea el otro quien llene los vacíos, buscando la mirada constante y la atención sin darse cuenta de que se entra en un relación sin equilibrio y destructiva en el tiempo.
Exigir que el otro nos dé lo que nos falta es un error, igual que pretender que el otro cambie y sea a nuestro gusto y necesidad.

Otra falsa creencia es creer que la pareja se mantiene sola, una vez la tenemos, sin dispensar ningún tipo de cuidado en el vínculo. El equilibrio en la pareja es un puente de respeto y amor entre ambos, debe cuidarse y mantenerse limpio.

Aprender a comunicarnos y escuchar al otro estando presentes

No puede haber amor si no hay respeto. La comunicación con respeto es uno de los puntos más importantes para evitar discusiones y heridas.

Utilizar un buen lenguaje nos puede ayudar mucho en esta situación, y no es menos importante aprender a escuchar al otro con atención y saber qué nos quiere decir. No hagamos suposiciones e interpretaciones sin haber escuchado atentamente, dejando espacio y sin interrumpir lo que nos dice el otro. Estar atentos y  presentes en la escucha es un acto de respeto y amor muy nutritivo para el vínculo.

Realmente, es fácil escribir esto y, a la vez, soy consciente que esta forma de comunicación conlleva un tiempo de trabajo y aprendizaje con uno mismo.
En Terapia Gestalt es muy común hablar en primera persona de cómo nos sentimos y qué pensamos.

Decir lo que sientes a tu pareja, lo que te está ocurriendo o lo que estás pensando os puede ayudar. En este tipo de comunicación se evita hablar de “yo” o de “tu” señalando y culpando al otro, más bien se trata de encontrar un leguaje que cultive elrespeto y el “nosotros”.

Es recomendable buscar espacios de intimidad, por ejemplo, en el sofá, haciendo un masaje en los pies, o bien, hablar sentados de frente y que cada uno tenga un espacio para compartir lo que le ocurre. Cuando queremos plantear nuestros sentimientos internos es bueno darse el tiempo y el espacio necesario y hablar de cómo cada uno, desde su propia mirada, ve la relación. La situación nos brinda un tiempo para nutrirla sin interrupciones.

Conservar un espacio propio

Por todo ello es importante que cada uno se sienta válido por sí mismo y es de gran ayuda buscar momentos para estar en soledad y conservar nuestra intimidad individual.
Es saludable que cada uno pueda encontrar un espacio personal dentro de la casa, donde poder retirarse en los momentos en los que lo necesite y poder estar en silencio, hacerejercicio, hablar con algún amigo, leer, trabajar… “Disfrutar de mí aunque estés tú aquí conmigo”, no entrar en confluencia y evitar ser sostenido en todo momento.

La intimidad y la creatividad entre nosotros

El amor y la ternura son buenos aliados para este momento, sin olvidarnos de la creatividad interior que cada pareja pueda desarrollar en su intimidad y en su espacio personal.
La comunicación debería ser sincera y, a través de ella, recuperar la intimidad, caricias, masajes, risas y proyectos que habían quedado olvidados o aparcados, plantear nuevas actividades juntos en casa,  compartir una serie, arreglar la casa, bailar juntos, jugar…

La sexualidad, recuperar el deseo

El cansancio, la pereza, la rutina, los problemas personales o de comunicación pueden provocar en la pareja que el deseo sexual pase a un segundo plano o quede diluido por completo, dificultando la relación. La sexualidad es un tema importante en la pareja, ya que tener encuentros sexuales regulares y satisfactorios es un buen reflejo de la calidad de la relación.

Por tanto, si queremos fortalecer nuestra relación de pareja, es recomendable poner atención a los detalles, cuidar y promover el espacio de intimidad, por ejemplo: poniendo música, suavizando la luz, o utilizando aceites para masajes, ya que estos elementos producen un clima agradable que favorece el acercamiento.

En esto no hay recetas que valgan, cada pareja es única ante su intimidad y sexualidad. Aprender a dedicarse a sí mismo y a la pareja este espacio, es primordial para amarse con plenitud.

Una vez creada la atmósfera adecuada, y con el factor tiempo a nuestro favor, podemos buscar relaciones sexuales más calmadas y sentidas, sin establecer como finalidad el coito o el orgasmo.

En este sentido, un aspecto importante es mantener al contacto visual mientras se mantienen relaciones para así generar una unión más profunda, también el acariciarse, excitarse, tocarse, besarse, etc., siempre buscando el placer en armonía con la pareja.

Si se otorga este espacio a la sensualidad y a descubrir las zonas erógenas de nuestros mutuos cuerpos, es fácil propiciar un renacer de la sexualidad.

Hazte responsable de ti mismo y date cuenta de qué es lo que te está ocurriendo

Esta situación es difícil a nivel individual y colectivo, tu pareja no es responsable de ello. El otro no es tu enemigo, encontrar apoyo juntos es el mejor regalo que podemos obtener de esta situación.
Es bueno tener en cuenta que en estos momentos de aislamiento, probablemente, mostraremos las peores partes de nuestra personalidad y, además, las emociones pueden ser muy cambiantes y variar con bastante rapidez.
Puede ser que surjan momentos de miedo, de incerteza, de tristeza, angustia, falta de control sobre uno mismo.

La relación y el contacto con la pareja hará que salga lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros; en estos momentos, pueden aflorar patrones de relación no sanos, por ello, debemos trabajar sobre nuestro autoapoyo para poder, después, apoyarnos en los ojos de nuestro ser querido.
Es un trabajo individual no culpar al otro y evitar arremeter con nuestra verdad o realidad como si fuera una verdad absoluta; cada uno tiene su propia historia personal, hablar mucho y encontrar espacios de unión nos ayudará en todo momento.

Cultivar el Nosotros, la pareja

Las parejas con un buen vínculo cultivan el arte de aprender a amar, crean conjuntamente un proyecto basado en el respeto y ejercen un cuidado mutuo y equilibrado, así como una comunicación responsable y una buena sexualidad.

Si nos sentimos unidos y con un vínculo seguro nos será más fácil encajar todos los golpes que nos están acechando en el presente y que, inevitablemente, vamos a vivir todavía un tiempo más. Aquí y Ahora es un buen momento para reforzar la unión con las personas importantes de nuestra vida y, por descontado, la pareja lo es.
Ahora que nos vemos obligados a prescindir de estímulos externos, es momento de afianzar las relaciones realmente importantes. Mirad de frente lo que os ocurre y trabajad juntos para que podáis salir unidos de esta situación y aunque la nueva etapa es dura e incierta, con amor y respeto será mas rica y nutritiva para todos.
Trabajando el vínculo quedaran atrás problemas y resentimientos que restaban energía y la relación de pareja saldrá actualizada y reforzada.

Cerrar temas pendientes del pasado, “gestalts inconclusas”

El resentimiento y la lista de reproches hace mucho daño al vínculo de la pareja y es un robo de energía innecesaria. Se trata de un buen momento para limpiar lo pendiente y trabajarlo.
Hay parejas que arrastran situaciones pendientes de años; estas situaciones, al no estar cerradas, aparecen en cada discusión, dañando el vínculo que se está intentando restablecer o mantener.
Si uno de los dos miembros se ha puesto la máscara de víctima del otro, es necesario realizar este trabajo.

Es importante recordar que las cuentas pendientes se mantienen en el ego fuerte (yo soy mejor que tú). Por ello, conviene ampliar la visión de la realidad y ver si se es capaz de restablecer la situación analizando si se ha distorsionado la realidad y cuestionándonos los motivos por los que seguimos anclados en esa posición.

Vale la pena salir del orgullo de nuestro pequeño mundo y conectar con la persona con la que comparto la cama y la casa, con quien compartimos la vida.
Recuperar el amor y la paz pasa por ver la totalidad de la situación.

Nacimos para aprender a amar y en eso nos encontramos todos en este momento. La pareja hay que cultivarla día a día.

Si te a gustado este texto puedes compartirlo o comentarlo, te agradeceré que indiques la autoría, ya que hay un tiempo y una energía propia en él. Gracias !

Seguimos…

firma Núria Remus

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