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Desconectar para Reconectar.

El Poder Transformador de la Vacaciones

¿Estás de vacaciones? ¿Quizás ya las estás terminando, o esperando a que te lleguen? ¿Las estás disfrutando o estás contando los días para que terminen? ¿Sabías que la palabra vacaciones proviene del vocablo latín vacatio, que significa vacío? Esto nos conecta con un significado muy profundo de lo que son las vacaciones: un tiempo para vaciarnos, para disfrutar del hecho de deshacernos de las cargas del día a día, para desconectar… Sin embargo, muchas veces, nos empeñamos en llenar ese vacío, porque consideramos que el tiempo solo tiene valor cuando lo empleamos en hacer algo (y para reafirmarlo utilizamos la expresión aprovechar el tiempo). Con ello, nos alejamos de la oportunidad de poder respirar hondo, coger perspectiva y dejar que fluyan todos aquellos elementos de nuestro ser que quedan solapados por las obligaciones de nuestra vida diaria: nuestra creatividad, nuestra capacidad para generar nuevas actitudes ante los problemas, nuestras muestras de afecto hacia las personas que nos importan.

La necesidad de hacer vacaciones

No hace falta que te lo diga: vivimos en un mundo híper-competitivo, híper-conectado e híper-exigente. Tenemos el reto constante de ser productiv@s, rápid@s, eficientes, estar guap@s, a la última moda, totalmente actualizad@s sobre las tecnologías más novedosas y presentes en todas las redes sociales… Todo esto puede generar niveles de estrés tan altos que acaben en cuadros de trastornos de ansiedad e incluso depresión. Las vacaciones son absolutamente necesarias, ya que nos permiten regenerar nuestro organismo de los daños provocados por el aumento de cortisol y la ansiedad acumulados durante el año. El descanso promueve la liberación de endorfinas y la estimulación de la presencia de dopamina y serotonina en nuestro cerebro. Esto, además de reducir los niveles de estrés y pensamientos negativos, nos ayuda a mejorar nuestra autoestima y potencia nuestra creatividad.  

Cómo vivir tus vacaciones con conciencia

Es importante tener en cuenta que el simple hecho de tener vacaciones no es por sí mismo reparador. Cambiar de rutina, descansar de las obligaciones que tienes en tu día a día, poder dejar atrás la responsabilidad asociada a tu cargo, rol o tu estatus social… ¡Te ofrecemos 8 tips que pueden ayudarte!

1. Vive en el Aquí y Ahora

Mientras paseas por el casco antiguo de una ciudad maravillosa estás pensando en qué souvenir comprarle a tu madre; estás nadando en la piscina y piensas en las directrices que te dio tu jefe en la última reunión de personal… ¡estás en cualquier lugar menos aquí! El único lugar que tenemos realmente es el Aquí, y el único momento en el que vivimos es el Ahora. Si nos anclamos a los recuerdos o pasamos el rato proyectando lo que haremos después, acabamos perdiéndonos el momento presente. Intenta centrarte en cada cosa que haces. Nota cómo la crema del helado que te estás comiendo se deshace en tu lengua, cierra los ojos para escuchar mejor el rumor de las olas del mar, piérdete en la mirada de tu pareja mientras estáis esperando la cena en un restaurante. Conéctate con las sensaciones que tu cuerpo te transmite para saborear cada momento de tu Aquí y Ahora.

2. Pon atención a los pequeños detalles

En nuestro afán por aprovechar el tiempo al máximo en vacaciones a veces caemos en la espiral de hacer grandes planes, o tener una idea muy concreta de cómo vamos a gestionar cada día… y muchas veces nuestras expectativas no se cumplen. Quizá no hemos podido ahorrar suficiente dinero para irnos de viaje a California como tanto soñábamos, o l@s niñ@s se han puesto enferm@s nada más llegar al apartamento y no podemos hacer las excursiones que teníamos planeadas. Esto no solo puede entristecernos, sino, incluso, generarnos ansiedad y estrés. No desesperes: las vacaciones no son solo parajes incomparables y saltos en paracaídas. Lo importante es disponer de un tiempo precioso para ti mism@ y tus seres queridos. Disfruta de los pequeños momentos, de los pequeños detalles: un zumo de frutas fresquito, las risas de un juego de mesa en familia, poder levantarte más tarde… ¡La vida está hecha de detalles!

3. Sé flexible

La capacidad de flexibilidad durante las vacaciones será un factor muy importante a tener en cuenta para que realmente se conviertan en un periodo reparador. A veces planeamos desde una proyección futura que resulta equivocada. Si durante las vacaciones te das cuenta de que necesitas ir a otro ritmo o cambiar alguna actividad, es importante flexibilizarte y dejar la exigencia de lado. Permítete improvisar, dejarte llevar por lo que tu mente y tu cuerpo te piden en cada momento.

4. Permítete desconectar de verdad

Dice mucho de nosotr@s que seamos riguros@s y eficientes en nuestro trabajo… y las vacaciones son, precisamente, un tiempo para poder recargar las pilas y volver a él con más energía. ¿Te sorprendes a ti mism@ pensando en cómo solucionar el último problema que quedó pendiente en la oficina? ¿O, directamente, dedicas momentos sueltos de tu día a leer y/o enviar emails de clientes? Revisa cuáles son las creencias que sustentan esta dificultad para desconectar realmente de tu trabajo. Quizá tienes miedo de dejar de ser el/la más productiv@ de la empresa, o estás confundiendo la responsabilidad con la autoexigencia salvaje. Esto no solo afecta a lo laboral: ¿a cuántos compromisos familiares y con amig@s te sientes obligad@ a ir en estos días porque tienes tiempo, ¡estás de vacaciones!? ¿Cuántas fotos crees que tienes que subir a tus redes para que todo el mundo sepa minuto a minuto lo bien que lo estás pasando? Pon límites a todo aquello que, si lo piensas bien, está suponiendo una obligación para ti y te está generando ansiedad. Descansa de las pantallas. Vivir el presente es vivir lo que está sucediendo en la realidad, y la virtualidad nos aleja en muchas ocasiones de ello. Permítete disfrutar de una verdadera desconexión, en todos los sentidos.

5. Cuida tu energía y tu dinero

Intenta no endeudarte más de la cuenta durante las vacaciones. Sabemos que es un momento de darte algún capricho, porque te lo mereces, y eso es compatible con hacerte responsable de tu economía para que puedas entrar a un nuevo curso tranquil@ y en paz.

6. Cuida de tu conexión familiar

Si tienes familia y/o hij@s, las vacaciones suelen ser una época de mucho contacto y mucha intimidad. Busca tener momentos particulares con cada un@, actividades que os conecten, encuentros desde el corazón, diversión, ocasiones para hablar que cómo están, de cómo estáis.

7. Practica la toma de consciencia

Nuestro ritmo de vida frenético nos impide muchas veces tener momentos propios, en los que escucharnos y preguntarnos acerca de nuestras necesidades. Vamos con el piloto automático puesto, siguiendo horarios establecidos, llevando a cabo tareas obligatorias y tratando de mantener un control férreo sobre todos los aspectos de nuestra vida. Las vacaciones son un momento ideal no solo para poder relajarnos, sino también para reconectar con nuestro interior. Durante el proceso terapéutico de Gestalt realizamos un entrenamiento en la toma de consciencia; las vacaciones también son una oportunidad para ponernos a prueba con ello. Darte cuenta de cómo estás, de cómo te sientes, de qué necesitas, de qué te pide el cuerpo (rutinas, alimentación, actividad/reposo…). El proceso de la toma de consciencia es básico para un periodo vacacional placentero y para no olvidar todo lo obtenido en el proceso de crecimiento personal. Porque el crecimiento personal no tiene descanso, te lo llevas de vacaciones…

8. Sostenerse a un@ mism@ también durante las vacaciones

Para las personas que descansan también de su proceso terapéutico, el hecho de no tener su sesión semanal o quincenal se convierte en una prueba para ese sostén propio, para el proceso de autoapoyo. Darte cuenta de cómo te cuidas, cómo te sostienes y cómo es el contacto contigo mism@ será un maravilloso regalo, tanto para el autorreconocimiento del avance como para recopilar material de trabajo para continuar con el proceso junto a tu Acompañante Gestalt tras las vacaciones. Por ejemplo, puedes escribir en tu Diario de Terapia cómo te vas sintiendo a lo largo de los días de vacaciones: esto puede ayudarte a traspasar momentos de inestabilidad emocional.   Y si te das cuenta de que no te permites desconectar, pregúntate a ti mism@ qué es lo que no te está dejando caer en el descanso. Quizás te cuesta poner límites a l@s demás o ponértelos a ti; quizás tienes miedo de perder el trabajo, o te preocupa la economía, o confundes la responsabilidad con la exigencia. Observa qué patrones de comportamiento y creencias se esconden en ti. Es necesario permitirte un periodo de desconexión: es una muestra de respeto y de cuidado hacia ti mism@, tus seres queridos y tu propia VIDA. Haz de tus vacaciones un tiempo realmente reparador para ti, que te ayude a descargarte de los excesos energéticos acumulados en tu día a día y volver con más fuerza y salud a la rutina.   ¡Feliz descanso!   Núria Remus

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