Constelaciones Familiares

Las Constelaciones Familiares son un enfoque ‘sistémico’ de la terapia. Fueron originalmente desarrolladas por Bert Hellinger, nacido en 1925, jesuita y psicoanalista. Adquiriendo diferentes enfoques terapéuticos como dinámicas de grupo, terapia Primal, análisis Transaccional e Hipnoterapia, desarrollando así las constelaciones. En este enfoque terapéutico consideramos al individuo no como una unidad separada, sino como parte de un todo mayor, un sistema de familia. Su comportamiento individual, sus sentimientos y actitudes están influenciados por este grupo más grande y, en particular, por las generaciones anteriores; por tanto, tiene que ser entendido en el contexto de este colectivo al que pertenece.

Son muchos los nudos que nos atan a nuestro linaje ancestral, especialmente a nuestros padres. Nuestros problemas presentes suelen estar muy ligados a problemas que no se resolvieron en el pasado. El árbol genealógico está formado por todos los miembros de la familia, por lo que cuando un@ de ell@s toma conciencia, tod@s se benefician de esa nueva luz que ilumina su historia familiar.

Al igual que en cualquier otro sistema, hay leyes que operan en un sistema familiar, que guían la conducta del individuo y de las que a menudo este no es consciente, ya que no se habla de ellas. El sufrimiento surge en la familia cuando uno o más miembros del sistema familiar violan estas leyes existenciales inconscientemente. Gracias a las Constelaciones Familiares estas leyes y las dinámicas familiares ocultas se hacen visibles.

¿Cómo se realiza una Constelación?

En una constelación grupal, la técnica consiste en que otras personas de un grupo representen a ciertos miembros de la familia de origen o actual del/la cliente. A continuación, se colocan dentro de un cierto espacio y de esta manera se crea el “campo de energía ” de una familia.

En la forma original de trabajar, est@s representantes son colocados por el/la cliente. Hoy en día hay una nueva evolución en el trabajo y eso no es esencial, ya que el campo de energía, el Alma familiar guía los movimientos de l@s representantes.

En general se pide a l@s representantes no hablar ni hacer comentarios, y permanecer centrad@s, sin intención y observando, seguir su propia percepción, movimiento interior y experiencia. Sin tener mucha información consciente sobre la persona a la que “representan”, l@s representantes expresan con mucha precisión sus movimientos y sentimientos más profundos, y de esta manera se va revelando una verdad más profunda acerca de una familia.

¿Cómo se realiza en la Constelación individual?

En las Constelaciones individuales en muchas ocasiones se utilizan muñecos, cartulinas o bien fieltros. El uso de estos elementos representativos permite desarrollar tres procesos clave a nivel terapéutico:

  • Integración personal: Facilitan que la persona pueda observar desde fuera aspectos internos que le causan dolor o que cree que pueden provocar una percepción negativa de sí misma por parte de los demás. Verlos representados en estos muñecos ayuda a tomar conciencia de estas emociones, rasgos personales o experiencias de una manera más “objetiva”.
  • Responsabilidad: Ayudan a que veamos cuál es nuestro papel en una situación determinada, comprobando cómo nuestra actitud influye en su resultado.
  • Posicionamiento: Nos permiten encontrar una buena posición dentro del sistema sobre el que se trabaja, ya que se obtiene una representación simbólica de la realidad de la persona y de cómo los diferentes elementos que la conforman interactúan entre sí.

La singularidad de este trabajo no es únicamente descubrir una dinámica obsoleta, insana o destructiva de la familia, sino que también muestra las fuerzas curativas subyacentes que se esfuerzan por encaminar a los miembros de la familia hacia relaciones más saludables, dando lugar, con el tiempo, a un nuevo equilibrio más natural para todo el sistema.

El amor en un sistema familiar fluye mejor cuando estas leyes sistémicas son respetadas por todos sus miembros. El conocimiento de estas leyes es una parte intrínseca de un amor consciente y el propósito del trabajo con Constelaciones Familiares.

¿Cuáles son los Órdenes del Amor?

Cuando Bert Hellinger habla de “órdenes del amor” se refiere a las reglas que se mantienen en los sistemas (principalmente familiares) a lo largo del tiempo, aunque sus miembros crezcan y/o vayan cambiando (por nacimientos, muertes, parejas que se formas o se rompen…). Cuando no respetamos estas normas, se rompe el orden y el equilibrio del sistema, lo que puede convertirse en origen de conflictos o patologías a nivel psíquico, físico o de relación.

Cuando empiezas a comprender y aplicar los órdenes del amor en tu vida, empiezas a estar en sintonía con la vida, dejas espacio para la armonía en tus relaciones, ocupando el lugar que te corresponde y dando lugar a todos los que forman parte, sin emitir juicio. Solo esto proporciona la paz y la sabiduría en tu corazón.

Órdenes del Amor:

  • Pertenencia

Todos los miembros de la familia pertenecen y tienen derecho a pertenecer al sistema, al sistema familiar, absolutamente tod@s, incluso aquell@s que murieron al poco de nacer, l@s hij@s ilegítim@s, aquell@s que fueron apartad@s de la familia por algún motivo que seguramente se convirtió en un oscuro secreto. Si un miembro de la familia no es recordado, es juzgado o excluido de alguna otra manera, negando su derecho a pertenecer al sistema, un miembro de la familia de una generación posterior se identificará con la persona excluida. Esto conduce a lo que se llama “identificación”, cuando una persona lleva los sentimientos, comportamientos y actitudes mentales de otra persona en lugar de estar en sintonía consigo misma.

El sistema no tolera este tipo de omisiones, por lo que, en base a la lealtad propia de los vínculos familiares, generaciones posteriores repetirán patrones o destinos que quedaron truncados u olvidados.

La inclusión me permite vivir desde la seguridad, tomar mi fuerza de mis linajes, la salud, la libertad, la amplitud y el crecimiento interno.

  • Jerarquía

Existe un orden en la familia; hay que respetar el orden de llegada al sistema.

El que llegó primero tiene prioridad. Las parejas anteriores tienen una fuerza especial y deben ser vistas y reconocidas por los miembros posteriores. La relación de los padres tiene prioridad sobre l@s hij@s, ya que gracias a esa unión fue posible la llegada de est@s.

Ante los padres l@s hij@s siempre serán l@s pequeñ@s. Esto no significa que hay que hacer todo lo que dicen los padres, sino que se debe honrarlos y respetarlos tal y como son.

En otras palabras, en una familia cada uno de sus miembros tiene un lugar específico en el sistema familiar que sólo le pertenece a él/ella. Los padres son los padres y tienen que comportarse de esa manera, l@s niñ@s son niñ@s y tienen que actuar en consecuencia. Y cada un@ tiene que respetar el lugar del/de la otr@ y sus limites.

Esto se relaciona con el hecho de que cada un@ tiene que llevar por sí mism@ su propio y singular destino de vida.

Si un/a niñ@ lleva el dolor de sus padres o de alguna otra forma intenta aliviar a sus padres de su destino, viola esta ley y en cierto modo reduce a sus padres al estado de un/a niñ@. Si los padres se comportan como niñ@s delante de sus propi@s hij@s, ell@s tampoco se comportan en sintonía con esta ley, lo cual tendrá́ consecuencias para sus hij@s y para ell@s mism@s.

  • Equilibrio

En toda relación entre iguales debe existir un equilibrio entre el dar y el recibir. Dicho equilibrio no se cumple con los padres, debido a que est@s nos regalan lo más grande que tenemos, “la vida”, y esto no puede ser devuelto… sino que se tiene que tomar con todo nuestro corazón y pasarlo hacia adelante, hacia nuestr@s propi@s hij@s o proyectos.

En un sistema hay un cierto equilibrio entre sus miembros en cuanto a sus acciones. Todo el mundo es responsable de sus actos y de las consecuencias que se derivan de ellos. Y por estar unidos entre sí todos los miembros de un sistema sienten una cierta responsabilidad por las acciones de otros miembros y hasta cierto punto quieren, sobre todo inconscientemente, asumir las consecuencias que se derivan de este tipo de acciones. En una familia, esto puede significar que un crimen cometido por un@ de sus miembros de una generación anterior será́ expiado por alguien de una generación posterior. Esto se llama “culpabilidad familiar”. También puede darse que, ante cualquier injusticia que se hiciera a un miembro de la familia, otr@s pueden querer buscar expiación por ello.

 

“Todos en la familia tienen el mismo derecho de pertenecer.”

Bert Hellinger

¿Qué hemos de tener en cuenta?

Hemos de tener en cuenta a todas las personas que han formado parte de nuestra historia familiar, incluso a aquellas a las que no nos unen lazos de sangre. Un ejemplo: el primer novio de mi madre, con el que no llegó a casarse porque conoció a mi padre. Si yo existo es gracias a que ese hombre dejó el lugar libre, por lo que también forma parte de mi historia y tiene su lugar en nuestro sistema familiar.

 La familia es, por tanto, un ente vivo, dinámico, lleno de ramificaciones y diferentes vínculos de relación. Cuando se produce un desequilibrio en el seno familiar (por ejemplo, un divorcio traumático), muchas veces existe la necesidad de “compensar” ese desequilibrio, llegando a veces a la expiación (siguiendo con el ejemplo, un/a hij@ que ha considerado ese divorcio como un hecho que ha desequilibrado el sistema familiar, podría llegar a suicidarse, ofreciéndose como elemento expiatorio para restaurar el equilibrio perdido).

Así pues, las Constelaciones Familiares son una poderosa herramienta para poder detectar aquellos nudos y carencias que han marcado el destino de los miembros de la familia.

Para que el acto de constelar sea efectivo, es importante tener en cuenta las Órdenes de la Ayuda, las condiciones necesarias para que el/la terapeuta pueda ayudar al/la paciente y el/la paciente recibir la ayuda del/la terapeuta.

Las órdenes de la ayuda son:

  • Los límites del dar y tomar. El/la terapeuta solo puede dar lo que tiene, y el/la cliente solo espera y toma lo que realmente necesita. Intentar dar algo que no se tiene, exigir algo que no se necesita, dar algo que la otra persona debería darse a sí misma son maneras dificultar el proceso de sanación y entrar en un desorden. El/la terapeuta se pone al servicio del destino del/la cliente, no de deseos ilusorios.
  • Respetar el destino. La ayuda está al servicio de la supervivencia, y sirve al desarrollo y al crecimiento. Esto implica que el/la terapeuta ha de tener en cuenta las circunstancias tanto externas como internas del/la paciente, interviniendo solo hasta donde estas lo permitan, ayudándole a afrontarlas en lugar de taparlas o negarlas.
  • Relación de adult@ a adult@. Cuando un adult@ pide ayuda, su ayudador ha de presentarse también como un adult@, ya que muchas veces puede haber un trasvase confuso en el que l@s clientes identifiquen a sus ayudadores como figuras paternales y, por tanto, acaben desarrollando sentimientos similares a los que albergaban hacia sus progenitores, dificultando la curación o entrando en dependencia.
  • El/la cliente es miembro de un sistema. La empatía del ayudador ha de ser sistémica, no personal. Esto significa que, para poder ayudarle, ha de ver al/a la cliente como un miembro de un sistema familiar teniendo en cuenta su historia, religión, ancestros, asuntos pendientes… para poder detectar los nudos, bloqueos y roles impuestos que le han llevado a la terapia.
  • Estar al servicio de la reconciliación. Tender puentes entre las personas, donde antes había separación. Toda persona merece Amor, sea como sea, venga de donde venga, aunque haya causado dolor. Cuando el/la paciente se queja de un determinado miembro de su familia, el/la terapeuta ha de abrir su corazón también a esa persona, para poder estar al servicio de la reconciliación y la concordia. La ayuda no juzga.

El trabajo con Constelaciones Familiares es, ante todo, un proceso para unir lo que estaba separado, para desvelar lo que había quedado oculto, buscando siempre una nueva perspectiva, una mirada amorosa sobre la propia historia familiar y los vínculos entre sus miembros.

Más allá́ de la Constelación Familiar

Una constelación es la proyección de una imagen interna en un espacio exterior. El campo de energía de una familia es realmente nuestro propio campo de energía interior. Lo que parece estar resolviendo nuestra relación con los demás nos ayuda a estar más en paz dentro de nosotr@s mism@s. Cuanto más amamos a nuestros parientes, más nos amamos a nosotr@s mism@s. Cuanto más nos amamos, más nos volvemos capaces de amar a l@s demás.

Asentimento

Gran parte de la sanación pasa por el asentimiento, decir SÍ a todo. La aceptación de lo que ha sido, tal cual, lejos de la expectativa, del deseo infantil de amor incondicional que no pudo ser, fuente de dolor de nuestra actitud neurótica.

Agradecer todo tal y como es: cuando con humildad te inclinas ante la vida, respetando y agradeciendo todo lo que viene y todo lo que ha sido… la misma vida te bendice con mucho más…

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