Mejora tu Bienestar Transformando tu Diálogo Interno.

¿Cómo te hablas a ti mism@?

No podemos cambiar la realidad que nos rodea; a la vez sí puedo cambiar mi forma de verla y mi posición ante ella. Hoy en terapia individual con Mireia, una de nuestras clientas, que en ocasiones habla de su futuro proyectándose de una determinada manera… le he dicho que lo haría, y aquí estoy, escribiendo un artículo sobre el Darte Cuenta de cómo te hablas a ti mism@ y del poder para transformar tus pensamientos.

La Comunicación Interna: El Impacto en tu Bienestar

Hemos escuchado en distintas ocasiones que si queremos mejorar nuestra vida, uno de los pasos importantes es aprender a hablarnos de manera diferente y darnos cuenta de nuestros pensamientos. La comunicación es nuestra principal herramienta para relacionarnos con otras personas, y por ello muchas veces nos enfocamos en cómo nos dirigimos a l@s demás y qué respuesta recibimos de ell@s. Nos preocupa elegir las mejores palabras para entablar una conversación, y nos afectan las palabras que nos llegan desde fuera…

… y esto nos lleva a un aspecto en el que quizá no solemos reparar: ¿cómo nos hablamos a nosotr@s mism@s?, y ¿qué tipo de pensamiento generamos con nuestra forma de hablarnos?

         La forma en que nos hablamos internamente, las palabras que nos autodirigimos tienen un impacto muy significativo en nuestra autoestima, en nuestro bienestar emocional y en nuestra capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.

Identificando el Sufrimiento Interno

En este artículo exploraremos la importancia de hablarnos bien a nosotr@s mism@s y te ofreceremos algunos tips para ayudarte a detectar los pensamientos de sufrimiento.

¿Te ves reflejad@ en alguno de estos ejemplos?

  • Te sientes víctima de las circunstancias.
  • Te obsesionas con tus defectos y con la imagen que proyectas a l@s demás.
  • A veces entras en un bucle de pensamientos que te genera ansiedad.
  • Sueles recrear tu futuro centrándote en todo lo que puede salir mal.

Si es así, estás permitiendo que el sufrimiento (y los pensamientos negativos derivados de él) domine tu vida. Y este esquema mental suele ser rígido, no se puede transformar de forma espontánea.

Diferenciando el Dolor del Sufrimiento

Vamos a establecer una diferencia importante: el sufrimiento no es lo mismo que el dolor.

El dolor es un proceso natural en el ser humano, una experiencia emocional tan normal como el miedo, la tristeza, el amor o el enfado. Puede llegar por distintas razones (una separación amorosa, la muerte de un ser querido, un despido laboral, una pérdida existencial…), y el hecho de sentirlo, enfrentarnos a él, abrazarlo y traspasarlo nos permite, a la larga, crecer, madurar y lograr una evolución, una transformación personal.

Cuando una situación de dolor se cronifica, este se convierte en sufrimiento. Quedamos estancad@s en ese dolor, instalándonos en la queja y en el papel de víctimas, lo cual impide el cambio y el crecimiento. Esta situación de bloqueo es profundamente desgastante y puede resultar peligrosa, ya que nos deja inactiv@s, incapaces de pasar a la acción para solucionar lo que está causándonos daño y malestar. Este “sufrir por sufrir” puede convertirse en una trampa de la que resulta difícil salir, ya que podemos instalarnos en el gusto por ser compadecid@s e incluso admirad@s (mira, ¡cómo aguanta el sufrimiento!).

Algunas personas quedan ancladas en este patrón; prefieren aceptar el sufrimiento antes que enfrentarse cara a cara con el dolor y aceptar su propia responsabilidad en su proceso de cambio para mejorar sus vidas.

El Poder de la Consciencia: Primer Paso hacia el Cambio

Reconocer estos patrones es el comienzo de transformación. Es el momento de explorar, sanar y asumir la responsabilidad para cambiar la actitud ante la vida. Es el momento de comprender cómo has llegado hasta ahí, buscar, trabajar, sanar, reparar… tus introyectos, creencias limitantes, asuntos inconclusos, relaciones familiares conflictivas… y comenzar a tomar las riendas de tu propia actitud ante la vida. Sabemos que no se trata de algo como cambiar una habitación, ir a Ikea y comprar nuevos muebles; no es tan fácil. Es un proceso interno en el cual tenemos que trabajar, ver esas cajas internas y las experiencias dolorosas que nos pueden estar afectando en el Aquí y Ahora, cómo podemos resignificarlas y tener fe en que el cambio llega. Vale la pena, ya que dejarse caer en esta espiral de pérdida es, valga la redundancia, perder la vida, o vivirla atrapad@s, con ansiedad y depresión.

Estratégias para Transformar tus Pensamientos

  1. Presta atención a la relación contigo mism@

¿Cómo te hablas a ti mism@? ¿Te dedicas palabras alentadoras o expresiones negativas? ¿Te haces críticas constructivas o destructivas? ¿Te juzgas?

Muchas veces nos hablamos de una manera muy dura, como no le hablaríamos a ninguna otra persona.

Obsérvate, date cuenta; no podemos hacer ningún cambio si no nos damos cuenta de cómo lo estamos haciendo. Los pensamientos se pueden reeducar.

  1. Identifica los patrones de sufrimiento

Cuando los tengas identificados, observa cómo el pensamiento, la emoción y la acción o la forma de ver la vida se retroalimentan, y nos programan y bloquean. Estos pensamientos pueden estar centrados en nuestras habilidades (soy incapaz de conducir correctamente), en nuestra apariencia (siempre voy hech@ un desastre), en nuestras capacidades (no valgo para nada).

De nuevo, observa y analiza. ¿Tus palabras te hacen sentir tristeza, ansiedad, culpa, vergüenza? Si es así…

  1. Cuestiona tus pensamientos

Una vez hayas identificado los pensamientos de sufrimiento, cuestiónalos. ¿Es cierto lo que estás pensando acerca de ti mism@, o estás exagerando? ¿Aplicarías el mismo baremo a otra persona que estuviese en tu misma situación?

A menudo, nuestros pensamientos de sufrimiento no se basan en hechos reales, sino en nuestras percepciones distorsionadas o creencias limitantes.

Pregúntate: ¿Tiene lógica este pensamiento? ¿Me sirve de algo? Si sé que me está provocando malestar, ¿por qué permito que se instale en mi mente?

Cuestiónalos… y trabaja sobre ellos. Reformula esas ideas sobre ti mism@, dañinas, basadas en patrones obsoletos.

   4. Escuchar meditaciones guiadas

Escuchar meditaciones guiadas puede ayudarte a calmar tu mente y ser consciente de tus pensamientos. Al enfocar la atención en la voz que te guía y las instrucciones que va proporcionándote puedes encontrar nuevas puertas para entrar en un estado de tranquilidad. Nos ayuda a poder regrabarnos nuevas formas de pensar y nuevos patrones. Hay distintos tipos, y lo bueno que tienen es que, además de poder escucharlas en cualquier momento (mientras paseas, mientras limpias tu casa, al irte a dormir…), hacen que prestes más atención a lo que escuchas que a lo que piensas, te introducen a nuevas formas de pensar y de ser en el inconsciente y te muestran nuevos caminos hacia nuevos lugares.

   5. Observa tu relación con la realidad

Responsabilizarte y tomar el compromiso propio de confrontar tu forma de ver la vida, trabajar para domar el pensamiento y aprender a aceptar que la vida es como es, no cómo yo creo o cómo me gustaría que fuese, que las personas que me rodean son cómo son, no cómo yo querría que fuesen, que yo soy cómo soy, no cómo les convendría a l@s demás que fuese… son algunas de las claves más importantes.

Cuando aprendemos a aceptar la realidad y a aceptarnos a nosotr@s mism@s, comenzamos a responsabilizarnos realmente de nuestras vidas… y ahí comienza el verdadero cambio.

   6. Cuídate

Cuida de ti como cuidarías de tu ser más querido.

Mima tu cuerpo y tu mente, aliméntate bien, descansa, rodéate de personas que te nutran, limita tu tiempo en las redes sociales, lee libros o artículos que te aporten salud, busca actividades que te hagan sentir realizad@ y en paz contigo mism@.

Si tienes una buena relación contigo mism@, tus pensamientos y tu forma de hablarte cambiarán.

  7. Practica la ecuanimidad y la constancia

La vida es cíclica, con sus diferentes etapas, altibajos y experiencias. No podemos aferrarnos únicamente a los momentos placenteros y evitar los dolorosos. Es importante aceptar la impermanencia y reconocer que hay cosas que no podemos cambiar.

Cuando te encuentres en el punto más bajo de tu existencia, recuerda estas palabras: esto también pasará. Además, es justo en esos momentos difíciles cuando más impulso podemos coger para ascender nuevamente.

Practica la ecuanimidad, es decir, mantén una actitud equilibrada frente a las circunstancias de la vida; y cultiva la constancia para entrenarte en encontrar nuevas herramientas para poder vivir este camino llamado VIDA desde un lugar de paz y de salud, afrontando los desafíos con valentía.

Cada desafío superado y cada momento difícil atravesado te entregan más sabiduría y salud, y constituyen el verdadero aprendizaje de la vida.

 Recuerda siempre que mereces ser tratad@ con amabilidad y respeto, tanto por l@s demás como por ti mism@.

¡Enfréntate al cambio!

 

Núria Remus

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *