La importancia de nuestra relación con nuestra niña y niño interior en terapia Gestalt

Tras mi recorrido en trabajos personales dónde he podido profundizar hacia las entrañas más escondidas de mi propia niña interior y mi infancia, si algo siento con certeza desde mi ser personal y también profesional, es que el trabajo con la niña/o interior es un pilar fundamental para la terapia Gestalt y para el crecimiento personal desde esta filosofía de vida.

“Conectarnos con nuestra niña/o interior y restaurarlo no nos hace más infantiles, si no, nos hace adultos más completos”

Alain Vigneau

Siento importante destacar estas palabras de Alain que en mi recorrido con él, no solo han sido palabras, si no también estados y tomas de conciencia importantes. Trabajar mi niña, jugar con ella, abrazarla en sus heridas más profundas, comprenderla cuando nadie la comprendía, escucharla abiertamente y sin juicio, ayudarla a salir hacia la vida de nuevo, sentirme unida con ella como un todo y no cómo una etapa de mi vida que ya no forma parte de mi…. Todo esto, me ha hecho ser una adulta más completa y sin duda, con una relación más sana conmigo misma, y por tanto, con mis relaciones.

La infancia, la edad sagrada, tal y como nos recuerda Evânia Reichert en su libro y su maestría, es una etapa vital dónde ya desde nuestra gestación nuestro ser empieza a encontrarse con las luces y las sombras del camino de la vida. Dependiendo de nuestra esencia, del propio sistema familiar y otros sistemas y factores importantes en la infancia de las personas, desarrollaremos un carácter determinado y una forma de estar en el mundo que nos ayude a adaptarnos, e incluso a veces a sobrevivir a nuestro propio mundo. Y unido al carácter está nuestra querida neurosis, concepto sobre el que profundizamos en la terapia Gestalt. Fritz Perls, fundador de la Gestalt, define la neurosis como el síntoma de una maduración incompleta. Por ello, poder revisar, revivir y restaurar nuestra infancia es una herramienta muy poderosa para trabajar con nuestra neurosis que de forma muy frecuente nos limita y nos aleja de nuestra salud mental, emocional, física y espiritual.

Para Perls la neurosis tiene su origen en la perturbación del ritmo contacto-retirada y en lo que él denominó “gestalts inconclusas”. Esto quiere decir que la persona en su infancia interrumpe procesos importantes para su maduración y para poder llegar a vivir de una forma plena; y cuando somos personas adultas, hemos acumulado y seguimos acumulando muchas situaciones o gestalts inconclusas, que nos generan innumerables bloqueos y patrones de relación que hacen que no seamos capaces de vivir la vida de forma presente, consciente y plena.

En el trabajo con la niña/o, el poder cerrar ciclos que no fueron concluidos por factores que no pudieron ser controlados, es muy importante, ya que las gestalts inconclusas de la infancia son las más importantes en nuestra vida y las que más no afectan.

Hay infinitos motivos por los que prestar atención a nuestra niña/o  interior y esta relación. Y la terapia Gestalt es un viaje interior que nos permite trascender las sombras de una forma amorosa y compasiva.

Empezar un camino desde la terapia Gestalt es una manera de dejar atrás formas de relacionarnos con el mundo y con nosotras/os mismas/os que tal vez nos sirvieron en la infancia, pero que ya no nos sirven y nos generan infelicidad. Sanar a través del reencuentro con nuestra niña/o interior es un viaje lleno de joyas que son un tesoro en nuestro presente.

Noelia Entrena
Equipo Espaipertu

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