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ABUSO SEXUAL

Existe un fantasma, un desconocido, un tabú , un secreto familiar, que lo sufre entre el 15% y el 20% de la población en España y del que se habla poco y recibe el nombre de: abuso sexual infantojuvenil. De cada 10 personas que hay en España, 2 han sufrido un abuso sexual.

Aunque solo se denuncie el 13% de los casos de abusos a menores, los niños y las niñas que han sufrido abusos, de media, los padecen durante 4 años. Además, se hace aún más fantasma si se toma consciencia de que entre un 80 y un 85 por ciento de los casos de abusos se dan en un entorno intrafamiliar y, por ende, la denuncia es prácticamente inexistente.

En un 86,6% de los casos, el abusador es un hombre, por lo tanto, aunque las mujeres también comentan este delito (un 13,4%), es de clara redundancia, que el patriarcado también juega un gran papel en este asunto.

(Save The Children España, 2017)

En este momento, época de grandes cambios energéticos, muchas personas experimentan una salida desde el inconsciente al nivel consciente de heridas y traumas que quedaron bloqueados. Es un buen momento, por tanto, para trabajar sobre ellos y poder sanarlos.

Uno de los principales traumas que están saliendo a la luz cada vez más, tanto por parte de mujeres como de hombres, es el Abuso.

La palabra Abuso proviene del latín abusare, que consta de dos partes: ab (repulsión, exceso) y usare (servirse de). Es decir, servirse de algo (en este caso de alguien) de una manera excesiva, repulsiva.

Hay diferentes tipos de abuso: físico, sexual, psicológico, verbal, maltrato…

En esta ocasión queremos dar voz al abuso íntimo, sexual: cualquier acto realizado sobre un ser sin su consentimiento, con o sin contacto, por parte de otra persona de cualquier edad con el propósito de obtener placer sexual para sí misma.

Este tipo de abusos a menudo se producen en la infancia: una persona: (frecuentemente un familiar) intimida a un/una niñ@, desde la fuerza, el engaño, el juego y la seducción. Esto provoca una gran confusión en el/la menor, ya que puede interpretar como una forma de cuidado ese abuso, sintiéndose suci@, impotente, y a la vez sin saber lo que está ocurriendo, pudiendo llegar a normalizarlo.

Se produce un Abuso de Poder, ya que en muchos casos hay una diferencia de edad entre abusador y abusad@ y también una relación de autoridad: padres, abuelos, tíos, primos, hermanos mayores, amigos de la familia, maestros…

Hemos de decir que, aunque en la mayoría de casos los abusos son cometidos por hombres, cada vez hay más hombres que se atreven a hablar del abuso que sufrieron por parte de sus madres, abuelas, tías, hermanas mayores, maestras…

Este abuso puede haber tenido muy diversas formas y grados: comentarios humillantes y despectivos, tocamientos, agresiones sexuales. También puede haber sido un hecho puntual o haberse repetido a lo largo del tiempo.

Este trauma queda escondido en lo más hondo de la persona, relegándola a una soledad muy angustiosa. Son experiencias que han quedado silenciadas, por miedo a no ser creíd@s, a ser dañad@s (muchas veces el/la abusador@ intimida al/la niñ@ diciéndole que si cuenta lo que ha ocurrido saldrá perjudicad@, amenazándol@, que nadie le va a creer y/o que eso no ha sucedido), por miedo al qué dirán, a quedarse sin trabajo (cuando el abuso se ha producido en la edad adulta, por parte de alguien en una posición de poder, por vergüenzaculpa, …

Al no haber podido compartir la experiencia, esta queda grabada, sellada, dejando a la persona atrapada en ella, y provocando dificultades en sus relaciones y problemas de autoestima. La impotencia, la culpa y la rabia se solidifican, pudiendo dar lugar a episodios de agresividad, tristeza profunda e incluso autolesiones.

El abuso es, de por sí, una pérdida de energía propia y una humillación interna. Si se ha producido en tu niñez, te roba tu infanciatu inocencia, tu seguridad, el poder de control sobre ti mism@ y tu dignidad (en muchas ocasiones, también la virginidad, que nunca debió serte arrebatada de esta manera).

Puede crear, también, una fuerte disociación: la persona trata de desconectarse de la experiencia, para así poder hacerlo también de la profunda herida que ha quedado en su interior. El Yo se aparta de la realidad que vivió y lo dañó, hace como si esta no existiese, como si el episodio de abuso no hubiese ocurrido. La conciencia se disgrega alrededor de la experiencia, sin llegar a tocarla, sin ponerse en contacto directo con ella: es lo que se llama Disociación Traumática, un mecanismo de evitación para sobrevivir a lo que sucedió e hizo un daño inmenso.

Esta forma de autodefensa puede cronificarse si la persona no encuentra una manera de poder expresar el trauma, si no siente que nadie le da la suficiente confianza como para sacar lo que ha quedado estancado.

Las consecuencias del trauma del abuso invaden todas las parcelas de tu vida: tu identidad, tus relaciones, tu sexualidad, la forma de relacionarte con la autoridad, la forma de relacionarte con las personas que están bajo tu propia autoridad (por ejemplo, tus hij@s) …

En la terapia transpersonal conocemos la importancia de las gestalts inconclusas. En los casos de abuso, la energía ha quedado atrapada, estancada. Y la Vida, que es nuestra gran Maestra, irá poniendo en tu camino pruebas para que puedas Darte Cuenta, hacer consciente lo inconsciente: momentos en los que quizá sentirás que alguien está abusando de ti (por ejemplo, laboralmente) y, al no saber cómo poner límite, probablemente saldrán a la superficie diferentes síntomas (físicos, mentales, emocionales) provocados por el trauma, que serán el primer paso para poder empezar a sanarlo. Las heridas escondidas se manifiestan de forma directa o indirecta en el Aquí y Ahora, buscando la oportunidad de ser atendidas y trabajadas.

Hemos de ser conscientes de que, al iniciar una terapia, van a aparecer dos realidades: hay una parte de mí que quiere sanar, y otra parte que está atrapada en mi Inconsciente que va a trabajar para mantener el secreto, el silencio, para conseguir que permanezca oculto ese hecho que parece imposible de sostener. Como terapeutas, nuestro trabajo es generar la confianza necesaria para que la persona pueda sentir que está en un espacio seguro en el que puede entregarse al proceso de Sanación.

Heridas y posibles consecuencias del abuso:

 Los efectos de lo abusos sexuales son tan extensos que invaden todas las áreas de la vida: relaciones íntimas, la sexualidad, la propia identidad, la relación con los padres/hermanos/hijos, la vida laboral, …

– Olvidar lo sucedido, negar lo que sucedió. (Esta capacidad explica porque tantos adultos no tienen consciencia de haber sufrido abusos.)
– No poder decir lo que está pasando (miedo a no ser creid@, en ocasiones la propia familia/sociedad tapa lo que está sucediendo).
– Trauma físico y emocional, abandono del cuerpo.
– Impotencia, indefensión (no entender que está pasando, confusión).
– Culpa.
– Robo de energía, de la integridad personal, de la esencia, pérdida de una parte de tu Alma (te han robado tu ser, tu infancia, tu inocencia, tus ilusiones.)
– Incapacidad para poner límites, no saber cuándo termina la libertad de otr@ sobre mí.
– Mala gestión de la rabia, el enfado.
– No creer en ti y en que los demás puedan creerte.
– Problemas de autoestima, poder personal.
– Problemas de autoconfianza y para confiar en los demás.
– Profunda tristeza, sensación de mucha soledad, indefensión.
– Posibles intentos de suicidio, aislamiento, adicciones.
– Buscar la valía personal a través de la sexualidad.

 Esto nos lleva a una serie de preguntas sobre ti mism@ y sobre cómo afrontar esta situación:

– ¿Cómo te cuidas, cómo vives tu vida?
– ¿Te cuesta dar y recibir cuidados?
– ¿Cómo te responsabilizas de ti y de tu Yo adult@ cuando existe una herida tan profunda?
– ¿Cómo puedes entregarte a una pareja?
– ¿Cómo puedes confiar en un hombre si tu propio padre, abuelo, tío, primo… te hizo tanto daño?
– ¿Cómo puedes confiar en una mujer si tu madre no se dio cuenta, quizás no fue capaz de defenderte o era también cómplice?
– ¿Te aferras a las persona que quieres, dependencia emocional?
– ¿Sabes decir no?

En Espaipertu deseamos poder acompañar a las mujeres y hombres que han padecido abusos para que puedan recuperar su dignidad, su fuerza interna y su energía, a través de un trabajo de descubrimiento de aquellos aspectos que quedaron ocultos y les han impedido poder gestionar y disfrutar de su día a día… hasta ahora.

Si te ha gustado este texto puedes compartirlo o comentarlo, te agradeceremos que indiques la autoría, ya que hay un tiempo y una energía propia en él. Gracias !

Seguimos…

Núria Remus

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