patrones de relación espaipertu institut

PATRONES DE RELACIÓN

 INTRODUCCIÓN

Si hay algo que nos “define” es nuestro carácter. Nuestra forma de ser, nuestra manera de reaccionar de modo previsible a las diferentes circunstancias que se nos van presentando. Al ser una estructura aprendida que hemos ido forjando a lo largo de nuestra vida para enfrentarnos a la realidad, tiene cierta rigidez, poco margen de movilidad.

Cuando nos proponemos hacer un cambio sustancial en nuestra vida, muchas veces intentamos modificar nuestro carácter… con escasos resultados. Esto es así porque el carácter es una estructura compleja formada por diversos patrones que se entrelazan según pautas aprendidas (por ejemplo, el patrón de la timidez, que dificulta a la persona mostrarse tal cual es ante otr@s, y puede fácilmente acabar combinándose con el patrón de la desvalorización, de la falta de autoestima). El carácter es un todo demasiado grande, inabarcable. Por ello, cuando queremos cambiar, la mejor manera es centrarse en uno de esos patrones, en una parte concreta de ese todo.

Así llegamos a los Patrones de Relación (PR).

¿QUÉ ES UN PATRÓN DE RELACIÓN?

Para comprender qué son los PR resulta interesante conocer los dos significados de la palabra “patrón” en español:

  • Modelo que sirve de muestra para sacar otra cosa igual (“cortado por el mismo patrón”).
  • Jefe, persona que manda (“donde hay patrón no manda marinero”).

Los PR se nutren de ambos sentidos:

  • Son modelos de conducta aprendidos en la infancia que aplicamos a las situaciones que nos recuerdan a lo que vivimos en aquel momento de nuestra vida.
  • “Mandan” en nuestra vida, nos dominan, dejándonos muy poco margen de acción.

Las primeras personas con las que nos relacionamos en la vida son nuestros padres, y aprendemos a hacerlo para conseguir su amor o para protegernos del dolor que pueden causarnos. Se trata de un aprendizaje que queda impreso en nosotros, en nuestro inconsciente, y que supone, precisamente, el patrón a partir del cual tejemos el resto de relaciones que vamos forjando a lo largo del tiempo. Estos Patrones de Relación están compuestos por nuestras emociones, actitudes, pensamientos, percepciones, sensaciones corporales y conducta.

Ejemplo: Una persona que durante la infancia sufrió episodios violentos por parte de su padre, pudo desarrollar un patrón de miedo paralizante que, siendo ya adulta, le provoque un bloqueo ante situaciones violentas. Si alguien alza la voz o adopta un gesto agresivo, de modo automático, esa persona se verá dominada emocionalmente por el miedo. A nivel corporal sentirá tensión abdominal y rigidez muscular; a nivel de pensamiento podrá padecer dificultad para hablar con coherencia; y a nivel de conducta tenderá a obedecer ciegamente para evitar que la violencia del/la otr@ aumente.

Al haber aprendido desde pequeños a funcionar con estos patrones, nos resulta complicado concebir que puedan ser erróneos o estar haciéndonos daño, por lo que nos cuesta ponerlos en duda y tratar de cambiarlos. Esto provoca la mayor parte de los conflictos que vivimos en nuestras relaciones tanto personales como laborales.

Los Patrones de Relación se llaman así porque están directamente conectados con nuestras relaciones con otras personas: se activan cuando interactuamos con ellas. Por ejemplo, una persona con miedo paralizante ante actitudes violentas solo sufrirá este patrón cuando esté en contacto con una persona agresiva. El patrón, por tanto, se activa cuando encontramos a una persona que nos recuerda (muchas veces a un nivel inconsciente) una determinada situación infantil que quedó grabada de forma indeleble en nuestra memoria.

CONCIENCIA DEL PATRÓN IMPLICADO EN LA SITUACIÓN ACTUAL

Para poder detectar estos patrones, es interesante que analices esas situaciones de tu vida cotidiana que despiertan en ti emociones negativas, que te ponen alerta o te estresan. La manera más eficaz de hacerlo es evocar la escena que nos perturbó en aquel momento.

Para ello, haremos un Análisis de la Escena.

Tómate tu tiempo para volver a esa escena, para hacerte consciente de la emoción que te perturbó en ese momento preciso, con aquella persona en concreto. Revívela, experiméntala con la máxima claridad.

Fase 1: Percepción

En un momento dado, percibiste a la otra persona de una manera especial, distinta (despectiva, irritada, exaltada…).

¿Cuál es tu percepción de esa persona? ¿Qué emoción te provoca percibirla de ese modo? ¿Qué sensación corporal experimentas? ¿Qué te hace pensar? (También puede pasar que no tengas claras ni tus emociones ni tus pensamientos, sino simplemente una sensación de malestar.)

Busca un nombre para el patrón que has detectado.

Fase 2: Reacción

Tras la percepción, se genera en ti una reacción. Por ejemplo, tras haber percibido que la persona estaba exaltada, tras el primer momento de miedo puedes haber reaccionado con rabia.

¿Cuál es tu reacción? ¿Cómo actúas en ese momento? ¿Cuáles son tus sentimientos? ¿Qué piensas?

Busca un nombre para el patrón de reacción que has detectado.

PATRONES DE RELACIÓN EN LA PAREJA

Diversos autores han detectado tres patrones comunes a las relaciones de pareja:

  • Apego ansioso: Sientes miedo a que tu pareja no te ame, a que te abandone, por lo que te conviertes en perseguidor@, pidiéndole con insistencia que te declare su amor, acusándole de no satisfacer tus necesidades y viviendo la relación desde la inseguridad.
  • Apego evasivo: Sientes miedo al rechazo, por lo que experimentas ahogo, necesidad de huir, de estar sol@. Al pensar que no eres capaz de contentar a tu pareja, al no saber qué hacer para que la relación funcione, te aíslas.
  • Apego seguro: Sientes plenitud, confianza y tranquilidad en tu relación de pareja, al saberte querid@ y capaz de querer de una manera saludable.

 Al principio puede resultar difícil comenzar a detectar estos Patrones de Relación que rigen nuestras vidas. Desde Espaipertu os animamos a continuar este apasionante viaje al corazón mismo de vuestro ser, en pos de cambios positivos que mejoren vuestra calidad de vida.

Si te ha gustado este texto puedes compartirlo o comentarlo, te agradeceremos que indiques la autoría, ya que hay un tiempo y una energía propia en él.
Gracias !

Seguimos…

Núria Remus

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *