Los niñ@s nacen con una tendencia innata hacia la salud y el crecimiento, y a lo largo de la infancia van desarrollando sus potencialidades. Algunas veces, hay niñ@s que pasan por momentos o situaciones que les desestabilizan, bloquean o conducen al sufrimiento, ya sea por la separación de sus padres, nuevas parejas, un cambio de escuela, el nacimiento de un hermano, la muerte de un ser querido, celos, enfermedades, tristeza, miedo, dificultad para expresarse, etc. Y no les bastan sus propios recursos para gestionar, sostener y elaborar dicha situación.
Desde la terapia infantil miramos la demanda del niñ@ como un desajuste, que podemos reequilibrar mediante un proceso terapéutico. El trabajo con él/ella se centra en fomentar el auto apoyo, tomando conciencia de los recursos y habilidades de los que dispone, ya que creemos profundamente que, en cuanto recupere el contacto y la confianza consigo mismo, será capaz de afrontar los problemas o dificultades que le vayan apareciendo. Para conseguirlo, trabajamos la toma de contacto con su propio cuerpo, sensaciones, sentimientos, emociones y necesidades. Y, por otro lado, aprendemos a poner nombre a todo ello mediante palabras, para ganar una mayor comprensión, acogida y aceptación de la situación vivida.
Paralelamente, es importante hacer también un trabajo y acompañamiento a la familia puesto que, a edades tan tempranas, los referentes familiares tienen una gran importancia en la vida de los pequeñ@s. Con este trabajo orientamos a los familiares en relación a la situación de dificultad de su hij@ y les damos recomendaciones para acercarse y acompañarle en su proceso.